Ecopsicologia
ecologia espiritual


Amor hacia las personas

El amor puede y debe manifestarse tanto en las emociones como en los actos.

Ya hemos hablado del amor emocional y hablaremos sobre éste más adelante. Ahora sólo quiero destacar nuevamente que el desarrollo del amor emocional en uno mismo es el principal método de perfeccionamiento espiritual. Mediante este método, podemos convertirnos, como conciencias, en el Amor Divino y unirnos con Dios.

Este amor no debe ser confundido con la lujuria, la pasión sexual egoísta.

Tampoco es la zalamería, que tiene lugar cuando uno trata de demostrar su «amor» externamente sin tener esta emoción en su corazón espiritual.

El índice del verdadero amor es la ausencia en éste de cualquier elemento de violencia y de coacción.

El amor es sutil, tierno y no tiene impurezas del egoísmo ni del egocentrismo. Se basa en ocuparse del otro o de los otros, y no de uno mismo.

El amor debe madurar siendo apoyado por el conocimiento verdadero sobre Dios y sobre el significado de la vida humana.

Adquiriendo conocimiento y experiencia, este amor llega a ser sabio.

A través de los métodos meditativos especiales y a través de ayudar a los demás de diferentes maneras, incluso, luchando por su bien, este amor llega a ser fuerte.

El Amor, la Sabiduría y el Poder son tres cualidades de Dios. Aquel que las desarrolló hasta el nivel Divino se une fácilmente con la Conciencia Primordial terminando así su evolución humana y comenzando la existencia como una Parte activa de Dios Padre.

Sin embargo, no es posible recorrer este Camino solamente reflexionando. Uno debe transformarse y es un trabajo duro y largo. Es parecido, hasta cierto grado, al trabajo de los atletas, quienes, durante los años de entrenamientos arduos y continuos, llevan sus cuerpos a la perfección. Pero el trabajo con la conciencia es aún más complicado. Y aquí, como en el deporte, normalmente, no es posible obtener un gran resultado sin un maestro. En el Camino espiritual, una persona-Gurú encarnada puede ser tal maestro, Gurú que ya ha recorrido el Camino entero o casi entero y que conoce personalmente la Meta. O Dios Mismo puede ser su Gurú, como pasó en mi caso [9,15].

El método universal para el autodesarrollo en el Camino hacia la Perfección, método que Dios nos sugiere constantemente, es el karma yoga, el autoperfeccionamiento a través del servicio a Dios que se manifiesta en la ayuda a las personas en su evolución. Esta ayuda puede ser brindada mediante la divulgación del conocimiento espiritual, mediante enseñar a leer y a escribir, mediante proteger a las personas de los delincuentes, mediante el trabajo en la ciencia, en la pedagogía, en el arte, en el comercio, en la industria, en la construcción de viviendas, en la producción de ropa, de alimentos, etc. Pero es importante que esta actividad no se realice para uno mismo, es decir, de una forma interesada, sino para ayudar a los demás a mantener sus vidas en la Tierra, en esta Escuela de Dios, y a avanzar hacia la Perfección.

El karma yoga no implica necesariamente trabajo gratuito. Esto sería absurdo. Por lo tanto, aquellos a quienes se les brinda ayuda como regalo deben pensar en regalar también algo a cambio. A los que no responden con regalos a los regalos, Dios los llama ladrones (ver el Bhagavad-Gita [10,18]).

También es importante destacar que las actividades y acciones dañinas para las personas no constituyen el karma yoga y de ninguna manera son virtuosas. Entre éstas, podemos mencionar, por ejemplo, la producción y distribución de alcohol, tabaco y otros psicodélicos, la participación en guerras agresivas, las exhortaciones al odio o a la agresión, el promover el miedo en las personas, cualquier forma de participación en la matanza de los animales (ya sea para comer sus cuerpos, para hacer uso de sus pieles o para otros fines), la destrucción injustificada de las plantas y así por el estilo.

Es decir, el karma yoga, como servicio a Dios, implica sólo la ayuda en lo bueno, en el bien.