Ecopsicologia
ecologia espiritual


Educación de los niños

Dios encarna a un ser humano en un cuerpo para que esta persona aprenda de su Maestro Dios la Divinidad en esta Escuela llamada Tierra. Tales estudios se desarrollan según tres parámetros principales: el Amor, la Sabiduría y el Poder. Esto es lo que estamos aprendiendo aquí bajo Su guía, la que al comienzo es poco perceptible, pero que luego se hace cada vez más clara.

En esta Escuela hay lecciones teóricas y prácticas. Las teóricas son el estudio de la Voluntad de Dios mediante los libros u otros medios y una de las asignaturas prácticas es la educación de los niños.

A un niño, en primera instancia, debemos enseñarle lo básico: hablar, alegrarse, caminar, etc. Cuando crezca un poco más, debemos crear las condiciones favorables para que aprenda tantos hábitos vitales como sea posible y para que amplíe su horizonte. Debemos enseñarle a montar la bicicleta, a correr, a nadar, a armar una tienda de campaña, a hacer una hoguera, a cantar, a dibujar, a jugar, a practicar diferentes deportes, etc. Que vea la televisión, conociendo así a personas de otras partes del planeta, que empiece, poco a poco, a conocer las diversas búsquedas religiosas de las personas… Todo esto le será de gran ayuda en el futuro y le permitirá afrontar con más facilidad los problemas de la vida adulta.

También hay que destacar que uno puede desarrollarse y a la vez servir a la Evolución de la Conciencia Universal no sólo a través de la educación de los hijos de la propia sangre, sino también a través de la educación de muchos otros niños. ¡Todos somos hijos del Único Dios! ¡Todos somos una familia! ¡Por lo que a los niños que no nacieron de la propia carne, uno debe tratarlos como a los que nacieron!

Viviendo así, aprenderemos a expandir nuestro amor y a tratar a las personas como Dios lo hace, es decir, aprenderemos el Amor Divino.