Ecopsicologia
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Photogallery Places of Power

Sitios de poder

Una gran aceleración del desarrollo meditativo se puede obtener en los sitios de poder especiales.

Este término fue introducido por un indígena mejicano, Juan Matus (Don Juan), cuyas experiencias describió Carlos Castaneda (pueden encontrar más detalles en [10]). El término sitios de poder se usa para designar los lugares singulares que poseen una energía muy distinta de la energía del ambiente circundante.

Según la influencia de estos sitios sobre las personas, podemos dividirlos en positivos y negativos.

Los sitios de poder negativos pueden provocar en nosotros estados de maldad, desesperación, terror, agitación, incomodidad inexplicable, etc. La permanencia en estos lugares puede causar enfermedades, el «endurecimiento» de la conciencia e incluso la muerte, especialmente si uno se establece allí.

Recuerdo muy bien un sitio gigante de este tipo que se encontraba cerca de los montes Urales, en el oeste de Magnitogorsk. Viajábamos por allí en un automóvil por una autopista muy plana. Sin embargo, por ambos lados de ésta se veían muchas cruces sepulcrales. Así, según la tradición, marcaban los accidentes automovilísticos fatales. Mis compañeros de viaje, habitantes de Magnitogorsk, me explicaron que para todos era un misterio por qué aquí, en una autopista plana, y no en las montañas, se accidentaban y morían tantos conductores junto con sus pasajeros.

El hecho fue que este lugar producía el estado que surge cuando uno toma demasiado alcohol y encima se pone a fumar. Aquel que lo ha experimentado alguna vez puede imaginar fácilmente qué sucedía allí con un conductor cansado, especialmente durante la noche con nieve o lluvia.

Además, en este sitio de poder negativo había un pueblo, totalmente gris, deprimido; no se veían ni personas ni animales. Desde lejos logré determinar su «epicentro». Resultó que éste se encontraba justo en medio del pueblo. Cuando nos acercamos más, vimos allí algunas casas abandonadas y derrumbadas. Según parece, todas las personas que vivían en éstas morían, nadie lograba sobrevivir.

Sin duda, tuvimos un fuerte deseo de ayudar a esta pobre gente. Pero ¿cómo decirles? ¿Quién iba a creerlo?

Los sitios de poder no son necesariamente tan grandes. Su diámetro puede variar desde kilómetros o cientos de metros hasta un metro. A veces sucede que, por ejemplo, un «poste» energético de este tipo atraviesa todos los pisos de un edificio.

En algunas ocasiones, logré destruir para siempre los sitios de poder negativos en algunas viviendas, pero en otras ocasiones, no.

Cabe mencionar que el uso de diferentes «aparatos» —tales como las varillas de radiestesia o péndulos— es poco eficaz para detectar los sitios de poder, cuyas características completas, cualitativas y cuantitativas, sólo es posible obtenerlas experimentando estos lugares directamente con la conciencia, lo que se puede aprender únicamente en el Camino espiritual mediante la refinación de uno mismo como conciencia y mediante la adquisición de la capacidad de trasladarse fácilmente a lo largo de la escala de sutileza-grosería.

Lo que hemos dicho es válido no sólo para los sitios de poder negativos, sino también para los positivos. ¡Y éstos últimos pueden ser tan hermosos!

Pueden dar ejemplo de la sutileza energética, hacer que la conciencia del practicante adquiera una u otra forma y llenar, además, esta forma con su energía.

Pueden curar diversas enfermedades lavando los cuerpos con los flujos de la energía sanadora o simplemente vertiendo la abundancia de su poder curativo en uno u otro órgano.

Pueden incluso ayudar a que la conciencia pase al estado de «no yo», un estado muy importante que no puede ser explicado con palabras, pero que puede ser mostrado.

Pueden contribuir a la entrada del practicante en los eones más altos y al conocimiento del Atman.

Pueden ser los lugares favoritos de los Maestros Divinos donde Ellos se comunican con Sus discípulos dignos.

Es interesante que las personas a menudo pasen por estos Lugares Santos sin darse cuenta de su existencia. Sin embargo, un ecólogo del espacio multidimensional —quien es también un guerrero y un buscador espiritual— debe aprender a encontrarlos y a usarlos.