Ecopsicologia
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Arte y desarrollo espiritual (conferencia)

¿Qué es la espiritualidad?

En el tiempo «soviético» en nuestro país fue declarado que la espiritualidad era… ir al cine, al teatro o a los conciertos de música «clásica» sinfónica, creada, a propósito, en la época de la inquisición.

Pero, en realidad, esta palabra se originó en la frase de Jesús el Cristo: «Dios es Espíritu» (Juan 4:24) y se refiere a los procesos y fenómenos que espiritualizan a las personas, es decir, contribuyen a su acercamiento, según las cualidades de las conciencias o almas, a la Divinidad. Por lo tanto, las personas espirituales son aquellas que han progresado significativamente en este camino.

El arte puede y debe desempeñar un papel importante en el proceso de la evolución positiva de las conciencias. Pero ¿siempre es así?

No, no siempre, y uno de los ejemplos que lo demuestra son las películas que propagan la violencia y los asesinatos y que presentan todo esto como un estilo de vida «natural», por lo que las almas jóvenes lo adoptan como una norma de conducta. La actividad de los creadores y distribuidores de este antiarte debe ser considerada como un delito contra la humanidad y contra Dios.

Para las personas razonables, todo está claro con este ejemplo. Pero puede haber casos no tan claros y entonces surge la pregunta: ¿existen criterios objetivos para evaluar una u otra obra?

¡Pues a menudo los dementes intentan expresarse por medio del arte! ¡Y ellos pueden transmitir muy vivamente sus estados enfermos a los demás! Existen muchos casos de este tipo. Permítanme dar solamente un ejemplo de mi vida, no muy grotesco, pero muy ilustrativo al respecto.

Una vez un pintor me mostró las obras de su (como él dijo) maestro. Eran muestras de dibujos para empapelados. Las miré y le pregunté: «¿Tu maestro estaba enfermo de esquizofrenia y se suicidó?». ¡El artista se quedó pasmado y me dijo que eso era exactamente lo que había pasado!

¡De hecho, estos dibujos eran terribles! Su ornamento influía sobre la conciencia de una manera horrorosa causando una grave confusión mental. Espero que estas muestras nunca se hayan usado para la producción de empapelados. ¡Pero si se hubieran usado y los empapelados hubieran aparecido en las paredes de los cuartos, las conciencias de un número considerable de personas que no saben mucho de estos fenómenos habrían sido afectadas!

¡También sucede con frecuencia que en las obras de arte se expresen los estados depresivos o agresivos de sus autores! ¿Adónde llevan estas obras a los que las miran y las escuchan?

Existen ejemplos más sencillos, no relacionados con la psicopatología. ¡Traten de recordar las batallas que hubo en el último siglo con respecto al arte abstracto! ¿Fue bueno o malo? O, quizás, recuerden qué batallas hubo con respecto al rock and roll, la danza contemporánea o, aún antes, con respecto al charlestón! ¿Fue bueno o malo?

Siempre hay personas que apoyan lo nuevo y también siempre hay otras que lo niegan. Los primeros y los segundos presentan sus argumentos. Pero ¿dónde está la verdad? ¿Cómo distinguir los factores subjetivos que influyen sobre la evaluación de una obra de arte o de una innovación de los factores objetivos? ¿De qué manera podemos discernirlos?

Hubo una persona que comenzó por primera vez a hablar sobre la existencia de las leyes objetivas del arte. Esta persona fue George Gurdjieff, una persona extraordinaria que dejó grandes huellas en la historia.

Él trabajó en Rusia a principios del siglo XX.

Nació en el Cáucaso en una familia greco-armenia y cuando se hizo mayor de edad, empezó a dar conferencias en Moscú y San Petersburgo.

La Guerra Civil desplazó su Escuela de Rusia y sus discípulos se mudaron a diferentes países: algunos a Francia, otros a Inglaterra, otros a los Estados Unidos. Allí ellos crearon filiales de la Escuela. Las obras literarias de Gurdjieff y de sus discípulos fueron publicadas en los principales idiomas europeos.

Desde la niñez temprana, Gurdjieff se formó como una persona extraordinaria. Ya en aquella edad, él se propuso una meta: aprender todo lo que las otras personas podían hacer, y se encaminó perseverantemente hacia ésta durante muchos años. Él aprendió a bucear, a negociar, a batallar, a remendar alfombras y a reparar todo tipo de aparatos que existían en aquel tiempo. Por ejemplo, cuando él necesitaba una gran cantidad de dinero para organizar una expedición, iba a cualquier ciudad, alquilaba dos cuartos y ponía un anuncio: «Reparamos todo tipo de aparatos domésticos». Durante el día recibía a los clientes con sus aparatos dañados y en la noche reparaba todo, desde gramófonos hasta bicicletas y paraguas, logrando al mismo tiempo recoger en los basureros de la ciudad las partes necesarias para las reparaciones.

Así en 1 o 2 semanas reunía el dinero para la expedición, contrataba a los ayudantes e iba a buscar el conocimiento espiritual.

Gurdjieff visitó muchas escuelas espirituales, monasterios sufíes y cristianos y después de reunir el conocimiento que le permitió formar una cosmovisión íntegra, comenzó a crear su Escuela.

Uno no debe idealizar a Gurdjieff. Muchas cosas que él hizo no son dignas de imitar y muchas tesis de sus enseñanzas tienen ahora sólo un valor histórico, ya que fueron reemplazadas por un conocimiento más perfecto. A pesar de todo, ciertos puntos claves de sus enseñanzas siguen siendo importantes hasta hoy y nosotros, agradeciendo a Gurdjieff, usamos este conocimiento.

Entre otras cosas, Gurdjieff afirmó que existen las leyes objetivas del arte, pero no las formuló. Por lo menos, no hemos encontrado una enumeración de éstas en los libros de su Escuela. Solamente había ciertas insinuaciones. Por otra parte, Gurdjieff contribuyó muchísimo con el simple hecho de declarar la existencia de tales leyes, gracias a lo cual pudimos desarrollar más esta idea suya y formular dichas leyes completamente. Ahora vamos a discutirlo en detalle.

El principio más importante (o ley, como decía Gurdjieff) es la necesidad de seguir el camino de la refinación de la conciencia. La aplicación de este principio nos permite llegar a ser conocedores no sólo del mundo material, sino también del universo multidimensional entero y así alcanzar la Conciencia del plano primordial y unirnos con Ella.

Para esto, ya desde el mismo comienzo del aprendizaje, debemos realizar la refinación dentro del plano físico y abandonar la grosería en la que vive la mayoría de las personas.

La manera más fácil de lograrlo es mediante la sintonización emocional con los fenómenos sutilísimos de la naturaleza. Por ejemplo, podemos hacerlo cuando sale el sol y sus primeros rayos penetran en la neblina y caen sobre el agua, sobre la hierba, sobre las flores, sobre las hojas; cuando los primeros pájaros comienzan a cantar; cuando los peces empiezan a chapotear en el agua, sobre la cual la neblina flota suavemente y baila siendo iluminada por la luz tierna del sol matutino. ¡Qué sutiles estados nos regala la naturaleza en estos momentos!

Por otra parte, es necesario destacar que es imposible consolidar bien estos estados dentro de uno mismo sin estudiar y aplicar los principios éticos sugeridos por Dios y sin dominar el arte de la autorregulación psíquica, el que incluye la facultad de controlar los propios chakras.

Con relación a esto, resulta muy valioso para nosotros uno de los conceptos propuestos por Gurdjieff. Se trata del concepto de la «escala de hidrógenos», ¡uno de los más interesantes en la historia de la búsqueda espiritual!

¿Qué son estos «hidrógenos»? Es un término de la alquimia. En el momento en el que Gurdjieff trabajaba, también existían escuelas cuyo conocimiento no estaba destinado para todos y que fue cifrado por sus adeptos.

Hoy los matemáticos usan un lenguaje especial codificado en símbolos. Pero en aquel momento además existía el lenguaje de la alquimia, en el cual la codificación se hacía mediante los nombres de los elementos químicos actuales.

Probablemente, todos nosotros —influenciados por la propaganda ateísta ignorante— nos reímos en la niñez de los alquimistas que trataban de transformar el plomo en oro para hacerse ricos. Pero, en realidad, el «plomo» en la alquimia no es el metal correspondiente, sino el estado inicial del ser humano que no ha empezado la práctica espiritual, mientras que el «oro» es el estado final y perfecto del ser humano que ha alcanzado el éxito en este Camino. A propósito, el «elixir dorado» es la Luz Dorada del Espíritu Santo. Podemos contemplar esta Luz en la meditación latihan y llenar con Ésta nuestros cuerpos.

Y todas aquellas reacciones extrañas, descritas por los alquimistas no eran nada más que los símbolos de las diferentes etapas de la transformación espiritual del ser humano.

Dentro de la simbología de la alquimia, los «carbonos» designan los componentes activos de una reacción; los «oxígenos», los componentes pasivos; los «nitrógenos» designan un tercer grupo de factores indispensables para la reacción, tales como los catalizadores, y los «hidrógenos» designan aquellos elementos o estados que están fuera de la reacción. De aquí surgió el término «escala de hidrógenos».

¿En qué consiste el concepto de esta escala? En que todas las substancias, los fenómenos y los estados en el universo pueden ser ordenados según su nivel de grosería-sutileza. En esta escala hay lugares para los minerales, los planetas, las estrellas, los diferentes tipos de comida, desde cadáveres de animales, tan abundantes en la alimentación de muchas personas, hasta, por ejemplo, la frutilla silvestre (Fragaria vesca). Hay lugares para los estados de los chakras, para nuestros estados emocionales, etc. Hay lugares prácticamente para todo. Los «hidrógenos» tienen valores numéricos, lo que permite, entre otras cosas, encontrar estados que sirvan como patrones de referencia. Usando estos patrones, podemos evaluar nuestro avance según la escala de grosería-sutileza o según la «escala de hidrógenos».

Por ejemplo, el sol matutino y su luz son H-6; es uno de los fenómenos más sutiles de la naturaleza.

Las emociones que tienen lugar durante el florecimiento armonioso de la función reproductiva (la ternura sexualmente coloreada, el amor hacia los niños, las manifestaciones que observamos en los juegos de los animales jóvenes, los estados energéticos propios de los brotes que se abren en la primavera) son H-12.

Hay un estado muy interesante dentro de nuestros organismos. Es el plano energético del meridiano chitrini (su otro nombre es Brahmanadi o meridiano del Espíritu Santo). Éste ya es H-3, uno de los estados principales del Espíritu Santo.

H-3 está muy cerca de H-1 y H-1 ya es el plano de la Conciencia Primordial o Creador.

¡Desde los estados iniciales groseros, propios de las personas ordinarias, es absolutamente imposible pasar de inmediato al estado más sutil, ni «zambullirse» en las profundidades del mundo multidimensional, ni conocer el plano primordial del Absoluto ni al Creador! ¡Es completamente imposible!

Sólo es posible avanzar gradualmente por la «escala de hidrógenos». Para esto, debemos comenzar a recorrer aquella parte del camino de la refinación que existe dentro del mundo material y sólo después «bucear» en otras dimensiones espaciales.

En algunas escuelas ocultistas, los estudiantes que todavía no han empezado a practicar la nutrición ética y enérgicamente pura y que mantienen su grosería inicial (e incluso a veces la cultivan para oprimir a otras personas y controlarles, lo que es un rasgo típico de las escuelas de magia negra) tratan de separarse de sus cuerpos materiales. Si tales estudiantes logran hacerlo, ¿dónde caen? Caen en el mundo grosero del infierno y se tropiezan allí con la maldad propia de este eon. Entonces ellos se confunden, se asustan… Además, establecen «relaciones amistosas», a veces muy difíciles de romper, con los representantes del infierno. Como consecuencia, muchos pierden la razón.

Por consiguiente, el principio más importante del crecimiento espiritual y, por lo tanto, del arte espiritual que contribuye al autodesarrollo, es seguir el camino de la refinación de la conciencia.

En el arte, uno puede desempeñar el papel de creador o de espectador u oyente. Ambas opciones dan posibilidades favorables para el desarrollo.

Prestemos atención al hecho de que es posible evaluar cualquier obra de arte según la escala de grosería-sutileza. Y cada obra de arte de alta calidad debe servir para la sintonización que nos ayuda a refinarnos; o, por lo menos, esta obra debe indicarnos el camino para salir de tamas (la grosería inicial, estupidez e ignorancia) y dirigirnos, a través de rajas (la etapa de la búsqueda activa de la luz de la Verdad, en la cual uno deja de ser aquel que sólo sufre bobamente y se transforma en aquel que lucha), hacia el sattva (la pureza, armonía y sutileza) y aún más allá.

Con respecto a esto, destaco que en el Camino hacia la Perfección es imposible evitar la etapa del sattva. ¡No se puede llegar a ser perfecto sólo a partir del tamas o rajas! ¡No se puede «saltar» la etapa del sattva! ¡El camino de la refinación, del desarrollo de la armonía interior y de la facultad de amar es obligatorio para todos! ¡Nadie debe pensar que «esto no es para mí, que los demás lo hagan, yo, en cambio, llegaré a la Perfección por otro camino»! ¡No! La ley de la evolución del ser humano, formulada, entre otras fuentes, por Krishna en el Bhagavad-Gita, consiste en avanzar gradualmente por las etapas-gunas mencionadas para llegar más tarde a las etapas del trabajo sobre uno mismo aún más altas.

Con la ayuda del arte, además, uno puede desarrollar la energía (o vigor, dinamismo), lo que corresponde a la formación de una persona en la etapa de rajas. Un ejemplo de esto es el rock. Otro ejemplo son los bailes dinámicos sin grosería. ¿Pero quiénes eran los que solían oponerse al rock o a estos bailes? ¡Eran las personas de tamas que están muy lejos de tener energía verdadera y pura; también eran los profanadores rabiosos de todo lo nuevo y las personas apáticas! No obstante, si todos ellos hubieran aprendido a bailar rock and roll o bailes similares en su juventud, tal vez, vivirían más activamente ahora.

Ser enérgico es indispensable en el Camino espiritual, puesto que contribuye al desarrollo del poder personal y permite acumular energía que puede ser usada para diversos fines, entre los cuales está el trabajo meditativo.

Así pues, con la ayuda de la música dinámica adecuada o con los bailes dinámicos, uno puede desarrollar las cualidades mencionadas.

En cambio, con la ayuda de otros tipos de música y de baile, se puede aprender a experimentar los estados más altos, tales como la tranquilidad y el silencio interior (hesiquia).

A este mismo propósito también contribuirán la pintura, la poesía, varios tipos de arte oriental, como el ikebana, los «paisajes filosóficos» y otros.

¡Sí, debemos desarrollar tanto la tranquilidad como la energía! ¡Esto es muy importante en el Camino espiritual! En otras palabras, debemos llegar a ser personas universales, lo que implica que sepamos tanto relajarnos como estar activos al máximo de ser necesario.

Cabe mencionar que por medio del arte es posible influir energéticamente de una manera dirigida y no evidente sobre los espectadores u oyentes.

Hay varias posibilidades de este tipo. Una de éstas son los iconos. Quizás, muchas personas conozcan por su propia experiencia que a través de algunos iconos es posible percibir flujos de energía sutil, con la particularidad de que diferentes iconos emiten flujos distintos por su intensidad y por su nivel de grosería-sutileza. A propósito, nos hemos topado con iconos de algunos pseudosantos que emitían flujos de energía muy grosera, diabólica.

Aparte de los iconos, algunas pinturas también poseen propiedades similares. Sin embargo, para que esto suceda, deben ser creadas necesariamente por un pintor fuerte, como, por ejemplo, Nicolás Roerich. Podemos evaluar todas estas pinturas según la «escala de hidrógenos» y asignarles los valores numéricos correspondientes.

A propósito, las pinturas de Roerich son de rajas. En una cierta etapa del desarrollo, éstas pueden ejercer una influencia positiva fuerte, pero más tarde ya no dan este efecto.

Por medio del arte es posible influir no sólo sobre la energía general de una persona, sino también sobre sus estructuras bioenergéticas concretas. Así, a través de la música, canto o baile, se pueden provocar estados de resonancia en uno u otro chakra o uno u otro meridiano de los oyentes o espectadores. De esta manera, entre otras, el practicante puede desarrollar sus estructuras energéticas si permite que las vibraciones provenientes del artista entren en éstas.

Por ejemplo, si escuchamos a un cantante que se concentra en el anahata, nuestros anahatas se sintonizan pasivamente con su anahata y esto produce el estado emocional correspondiente.

Este fenómeno se llama svara (es una palabra sánscrita). A propósito, existe el libro Los sonidos de la música hindú. El camino hacia raga, de R. Menon, en el cual svara está descrito como un fenómeno místico cuyo mecanismo no ha sido entendido todavía. Pero, en realidad, el mecanismo de svara consiste en el trabajo del artista con sus estructuras bioenergéticas. Tal persona simplemente mueve la concentración de la conciencia a cierto chakra o a otra estructura bioenergética, y si lo hace con suficiente fuerza, entonces los oyentes experimentan los estados resonantes.

Lo mismo sucede en el baile cuando miramos a un bailarín que sabe usar svara.

Es interesante que a través de los sonidos producidos por los instrumentos musicales, también sea posible provocar estados de resonancia en los chakras y meridianos de los oyentes. Un ejemplo de esto es el tango de Oscar Strok, «el rey del tango». Él descubrió empíricamente este efecto y creó sus composiciones musicales de tal manera que todas las notas de sus tangos influyen en el vishuddha activándolo. Debido a esto, los vishuddhas de los oyentes se llenan de energía y surgen los estados emocionales intensos de éxtasis y de exaltación.

Actualmente, también existen músicos y grupos musicales que, por ejemplo, no usan durante toda la composición ninguna nota que cause resonancia en los chakras de la cabeza. Por eso tal música proporciona a los oyentes relajación y frescura, sobre todo, a aquellas personas que se dedican al trabajo intelectual.

Aquellos buscadores espirituales que se han establecido en el estado de sattva y que, por eso, ya no son capaces de entrar en los estados emocionales groseros pueden probar el método de laya (es una palabra sánscrita).

Existe una corriente del yoga llamada laya yoga. Laya significa desaparición, disolución de uno mismo en la Armonía del Absoluto. Esto implica la desconexión de la mente, la que reside en el chakra de la cabeza ajña, de manera que el organismo empiece a actuar bajo el control de Dios, y no bajo las órdenes de la mente. Un ejemplo de esto es el baile espontáneo realizado durante la meditación latihan. Este tipo de baile es un ejercicio típico del laya yoga.

Pero también existen otros métodos. Por ejemplo, al sostener una varilla de radiestesia, uno puede «entregar a laya» su mano, y con la ayuda de esta varilla revelar lo que no puede verse con los ojos físicos ni oírse con los oídos. Tal persona puede recibir información sobre los yacimientos minerales o sobre las líneas de comunicaciones subterráneas, hacer un diagnóstico médico y mucho más. La radiestesia (o rabdomancia) es un caso particular de laya yoga.

De la misma manera uno puede aprender a escribir textos o a dibujar dejando que su mano, como «por sí misma», dirija un lápiz o un pincel. En todos estos casos, la mano estará controlada por algún espíritu, y si la persona lo merece, éste podrá ser el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo.

Ya hemos mencionado el baile. Para aprender a entregar el propio cuerpo a laya durante éste, es necesario conocer ciertas técnicas auxiliares. Por ejemplo, si los brazos están levantados, el cuerpo se mueve con más facilidad y la columna vertebral se hace más flexible. ¡Entonces es mucho más fácil bailar! Al contrario, si los brazos están caídos y las plantas de los pies apoyan completamente en el piso, es más difícil comenzar a bailar.

Lo mismo sucede en el caso de cualquier disciplina artística a la cual queramos aplicar laya. Debemos conocer algunas técnicas y ser hasta cierto punto expertos en esta área. Por ejemplo, para pintar bien, debemos saber mezclar las pinturas y aplicarlas sobre el lienzo o papel. Para bailar, debemos conocer los principios de la elasticidad del cuerpo y para escribir, por supuesto, debemos ser capaces de sostener un bolígrafo.

Hablando de laya, quiero advertir a los lectores que no deben perder la actitud crítica hacia aquello que realizan en este estado.

La pérdida de la actitud crítica puede fácilmente convertirlo a uno en un hazmerreír. Esto sucede cuando la persona viola los principios éticos, ya que la ética es el fundamento de la Armonía.

No obstante, si todo está bien con la ética, la Armonía con todo y todos, incluyendo a Dios, puede llegar a ser perfecta.

Con la ayuda del arte, también es posible estimular el proceso intelectual. Pensemos por nosotros mismos cómo hacerlo.