Ecopsicologia
ecologia espiritual


Conclusión General

1. Acerca de la historia de la religión

1:1. No cabe la menor duda que a lo largo de la historia de la existencia de la humanidad en la Tierra, las personas capaces de reflexionar filosóficamente se han preguntado sobre el significado de sus vidas terrenales, sobre la posibilidad de existir en un estado no encarnado y sobre la existencia de Dios.

Estos pensadores crearon conceptos filosóficos más o menos adecuados, alrededor de los cuales se formaron las escuelas y los grupos esotéricos e incluso los movimientos religiosos.

1:2. Dios —por Su parte— muchas veces dio a las personas encarnadas Sus Enseñanzas a través de Sus Mensajeros (Mesías o Avatares) y profetas. Al ser transmitida, esta información fue adecuada a los diferentes grupos específicos de personas, tomando en cuenta sus niveles de conocimiento filosófico-religioso y las condiciones particulares de vida en el período histórico en cuestión (por ejemplo, si eran tiempos de guerra o de paz, si los conceptos religiosos se encontraban en las primeras etapas de su formación o si ya tenían, desde hacía mucho tiempo, una existencia estable en la región).

1:3. Sin embargo, con el tiempo, en cada uno de estos focos de conocimiento religioso creados por Dios, la gente tergiversó de diferentes maneras las Enseñanzas recibidas, por ejemplo:

— Todas las obligaciones religiosas de las personas fueron reducidas a una mera participación en los rituales «de salvación» y la realización de ciertos movimientos corporales junto con las oraciones estandarizadas se convirtió en la ocupación religiosa principal de los creyentes sustituyendo sus esfuerzos reales en el Camino de la evolución espiritual.

— Apareció el así llamado «fundamentalismo» religioso, según el cual la vida religiosa no era considerada como la obtención del conocimiento acerca de Dios y acerca del significado de nuestras vidas ni como la práctica de los métodos del perfeccionamiento espiritual y la ayuda a otros en este proceso, sino como la coacción de unas personas sobre otras para que éstas últimas observen ciertas «reglas de conducta» que no tienen ningún valor espiritual.

— Se formaron los conceptos falsos de «religiones nacionales» y «dioses nacionales», aunque, en realidad, Dios es Uno Solo, y no solamente para todas las personas de la Tierra, sino también para el universo entero. Como resultado de esta degradación, a lo largo de la historia aparecieron varios movimientos religiosos cuya ideología principal era el odio hacia los «heterodoxos» y «herejes», lo que provocó el terror y las guerras agresivas.*

1:4. Para todas las personas razonables de nuestro planeta debe estar claro que existe la necesidad de estudiar, aceptar e introducir en la mentalidad de los pueblos de todos los países las nociones religiosas correctas, basadas en el conocimiento científico moderno, en la síntesis de la experiencia histórica religiosa acumulada por la humanidad y en aquello que Dios nos enseña ahora.

2. Cómo entender la palabra Dios

2:1. Primero es preciso aceptar que el espacio universal es realmente (y no sólo matemáticamente) multidimensional.

Sus dimensiones (o eones, lokas) pueden ser conocidas por el ser humano como una conciencia desarrollada. Tal desarrollo se realiza mediante el trabajo espiritual correctamente organizado que incluye, entre otros componentes, la práctica meditativa que consta de muchos niveles.

2:2. Existen diversas dimensiones espaciales, a saber, la dimensión del infierno, la del paraíso y las de los «depósitos del material para la construcción», es decir, para la formación de la materia y de las almas futuras. Además, existe la Morada del Creador.

2:3. Históricamente ocurrió que la palabra Dios llegó a tener varios significados que a menudo confunden a las personas.

2:4. El principal significado de esta palabra es el Creador o la Conciencia Primordial Que existe en la dimensión espacial eterna. Según la escala de sutileza-grosería, esta Conciencia es la más sutil entre todos los otros estados energéticos universales.

En el otro extremo de esta escala se encuentran los seres del infierno. Sus estados son los más groseros.

2:5. El segundo significado de la palabra Dios incluye al Creador junto con Su Creación multidimensional, la cual fue engendrada por Él y se apoya sobre Él sin poder existir independientemente de su Creador. En este sentido, Dios es Absolutamente Todo (o el Absoluto), con la excepción del infierno y sus habitantes. (Según la definición de Jesús el Cristo, el infierno es la «oscuridad exterior», exterior con relación a Dios Absoluto).

2:6. El concepto de Dios también incluye la Manifestación del Creador en la Creación llamada el Espíritu Santo (o Brahman).

El Espíritu Santo a menudo se manifiesta ante las personas encarnadas en forma de los Maestros Divinos que salen de la Morada del Creador.

Estos Maestros pueden, entre otras cosas, condensar Su energía de la Conciencia hasta un estado perceptible para nosotros y a veces incluso visible para nuestra visión ordinaria.

2:7. La Manifestación de un Maestro Divino en la Tierra a través de Su encarnación en un cuerpo humano se llama Mesías, Cristo o Avatar.

Tal Maestro, así como el Espíritu Santo, es una Parte Inalienable del Creador (o de la Conciencia Primordial).

2:8. La afirmación de que Dios es Uno Solo es verdadera, puesto que Todos Los Que habitan en la Morada del Creador son las Partes integrantes, fusionadas entre Sí, de la Única Conciencia Primordial.

El criterio que nos permite reconocer a un Maestro Divino es Su permanencia en la dimensión espacial primordial (o la Morada del Creador), de la cual Él o Ella puede salir con una parte de Sí Mismo y dirigirse hacia el mundo de la Creación manteniendo, sin embargo, la Unión con el Creador.

2:9. Debemos percibir todas las manifestaciones individuales que se encuentran dentro de los límites del mundo de la Creación (los objetos, los cuerpos, las almas encarnadas y no encarnadas, salvo las infernales) como las células del Organismo Universal, infinito y multidimensional de Dios en el Aspecto del Absoluto.

2:10. La esencia de todos los procesos que tienen lugar en el universo es la Evolución de la Conciencia Divina Universal o la Evolución del Absoluto.

2:11. En el concepto de Dios no deben ser incluidos los personajes ficticios y mitológicos del folklore popular (los seguidores de estos conceptos ingenuos y falsos son llamados «paganos», es decir, aquellos que tienen creencias primitivas «populares»).

También son ingenuos y falsos los intentos de presentar a Dios como un ser invisible que vuela y que tiene la apariencia y el tamaño del cuerpo humano.

Dios tampoco debe ser descrito como «información», «campo de información», «inteligencia colectiva» o con otras definiciones incompetentes y superficiales de este tipo.

El conocimiento de Dios no tiene nada que ver con «la comunicación con extraterrestres», ni con «los viajes astrales», ni con el espiritismo, ni con los rituales mágicos, ni con las fantasías astrológicas.

La presentación de Dios como un monstruo rabioso que castiga a la gente por sus pecados es una terrible tergiversación que aleja a las personas del amor hacia Dios e impide su progreso en el Camino espiritual.

Igualmente, es una terrible tergiversación centrar la atención de los seguidores en el diablo o en otros factores temibles.

La propagación del temor místico en vez del amor creativo es la causa de la degradación espiritual y del desarrollo masivo de las enfermedades mentales entre los seguidores de tales formas de pseudoreligión.

2:12. Resumiendo, el concepto de Dios incluye:

— al Creador, llamado también Dios Padre, la Conciencia Primordial, Alá, Ishvara, Tao o con otros sinónimos provenientes de diferentes lenguas y movimientos religiosos,

— al Absoluto,

— a los Maestros Divinos no encarnados (son numerosos) y encarnados Que salen de la Morada del Creador.

Esta es la comprensión verdadera y monoteísta de Dios.

2:13. El Creador —desde Su Morada— forma las «islas» de materia en diferentes partes del espacio infinito del universo y luego, cuando no las necesita más, las desmaterializa.

El sentido de todo esto consiste en crear las condiciones para la encarnación de almas nuevas en los substratos materiales, donde estas almas obtienen las posibilidades para desarrollarse hasta la Divinidad y luego unirse con el Creador enriqueciéndolo Consigo Mismas.

2:14. Las encarnaciones en el mundo material son necesarias para el desarrollo de las almas, dado que es en los cuerpos materiales donde se produce la energía indispensable para el crecimiento de estas almas (o conciencias). Esta energía se obtiene principalmente de la comida material que todos nosotros comemos.

Con todo, no cualquier comida material da al organismo las energías propicias para el crecimiento correcto del alma. Sólo la dieta «sin matanza», es decir, la que excluye los productos hechos de cuerpos de animales, tiene propiedades favorables.

La alimentación «de matanza», que no concuerda con las reglas éticas más altas, da por resultado, entre otras consecuencias, la entrada de las almas de los animales en los cuerpos de las personas que los mataron o comieron su carne. Tales entradas (llamadas también «posesiones») provocan diversas enfermedades y trastornos psíquicos y somáticos, incluyendo el cáncer.*

La comida natural para las personas son diversas plantas comestibles, la leche, los productos lácteos y los huevos de aves.

2:15. La evolución de cada alma individual comienza con su formación en una base mineral. Después esta alma se encarna muchas veces en los cuerpos de plantas pequeñas y luego cada vez más grandes, después en los cuerpos de los animales de especies de cada vez mayor complejidad y tamaño y, finalmente, en los cuerpos humanos.

De esto se desprende que cada uno de nosotros fue diversas plantas y animales muchas veces.

Y ahora debemos percibir en los cuerpos de animales y plantas a otras almas en crecimiento. Debemos aprender a respetar sus vidas y evitar por todos los medios causarles daño injustificado.

El estilo de vida «sin matanza» con respecto a las personas y los animales y la renuncia a causar daño injustificado (innecesario) a las plantas son las normas que deben prevalecer en la vida de cada persona.*

2:14. Dios en el Aspecto del Creador puede ser descrito como el Océano de la Luz-Conciencia Viviente, Extática, Tiernísima y Sutilísima, y esta es la Verdad que realmente puede ser percibida por una conciencia humana desarrollada,

Cada uno debe tratar de conocerlo y aprender a amarlo a Él. Esto será una premisa para comprender Su Esencia y unirse con Él. Un alma individual —al final de su evolución personal— debe unirse con el Alma Universal del Creador, Que es la Parte Principal del Absoluto.

3. Qué es el hombre

3:1 El ser humano no es un cuerpo, sino una condensación de energía de la conciencia (o alma) que puede ser consciente de sí misma, puede memorizar, razonar, desplazarse, desarrollarse cualitativa y cuantitativamente y también degradarse.

El proceso de la encarnación en un cuerpo material consiste en que Dios une un alma con un cuerpo que está por nacer.

En cambio, la muerte implica su separación total.

3:2. Las personas son encarnadas por Dios en cuerpos materiales para cumplir las siguientes etapas de su evolución personal, con la particularidad de que cada uno posee un grado significativo de libre albedrío, es decir, el derecho a escoger la dirección estratégica de su movimiento en la vida (hacia la Morada del Creador o hacia el infierno) y la manera de solucionar los problemas y las tareas cotidianos.

Dios —en el Aspecto del Espíritu Santo— crea constantemente situaciones en las cuales cada uno puede llegar a ser mejor. De esta manera Él manifiesta Su Amor y Cuidado por todos nosotros.

Las intervenciones «bruscas» y «coercitivas» de Dios en la realización de unos u otros deseos de las personas son un fenómeno raro.

Él —nuestro Pastor Supremo— nos «pastorea» en la superficie del planeta Tierra como en Sus «pastos» y está interesado en que nos desarrollemos en la dirección necesaria para Él; a saber, debemos llegar a ser Almas Perfectas y unirnos con Él en Su Morada enriqueciéndolo con nosotros mismos.

Si alguien no vive de la manera que agrada a Dios, Él causa a esta persona dolor a través de enfermedades u otras desgracias. Como resultado, algunas personas se ponen a reflexionar y se corrigen. En cambio, otras sólo se enojan y, lamentablemente, se degradan aún más rápido.

Así —dependiendo del uso del libre albedrío por las personas— se realiza la «selección natural» entre las almas encarnadas por Dios.

A los mejores Él los lleva a Su Morada. Los buenos van al paraíso, permanecen allí algún tiempo y después se encarnan nuevamente en las condiciones favorables para su desarrollo. Los peores van al infierno, aunque a algunos de ellos se les da la oportunidad de encarnarse nuevamente e intentar otra vez. Y los peores de los peores, que no tienen esperanza alguna según la opinión de Dios, son destruidos para siempre (de aquí se originaron las ideas folklóricas sobre la «gehena de fuego» y sobre el «fuego infernal que consume a los pecadores»).

3:3. El ser humano debe aprender a experimentar que él o ella no es un cuerpo o mente, sino un alma encarnada (o conciencia). Solamente desde esta posición es posible comprender correctamente cómo debemos vivir en la Tierra.

Los típicos giros de lenguaje tales como «mi alma», «su alma», «nuestras (sus) almas» son incorrectos. Debemos entender que cada uno de nosotros es un alma.

3:4. Las diferencias nacionales, raciales y sexuales entre las personas no son importantes para Dios. Las diferencias importantes son: la edad del alma y el grado de desarrollo de unas u otras cualidades positivas y negativas que esta alma tiene.

Los principios fundamentales del avance espiritual son iguales para todas las personas independientemente de su sexo, nacionalidad u otras características similares; sin embargo, los métodos de trabajo espiritual para una u otra persona deben diferenciarse dependiendo de: a) la edad de esta persona en la encarnación actual, b) su edad psicogenética (o la edad del alma), c) su nivel del desarrollo intelectual y ético en el momento dado y d) la parte del Camino espiritual que esta persona ya ha recorrido.

3:5. La tarea evolutiva de cada uno es conocer a Dios en todos Sus Aspectos y Manifestaciones y después de alcanzar la Perfección espiritual, entrar en Unión con el Creador en Su Morada con el fin de seguir participando —ya desde allí— en el Proceso Evolutivo Universal ayudando a otros seres encarnados.

Pero debemos empezar con el desarrollo intelectual y la transformación ética.

4. Fundamentos de la metodología del perfeccionamiento espiritual

4:1. La Perfección del Creador consta de las tres cualidades principales: Amor, Sabiduría y Poder. Por lo tanto, cada ser humano debe perfeccionarse según estos tres parámetros durante su evolución personal.

4:2. Que cada uno acepte y practique los siguientes principios éticos fundamentales:

«¡No hagas al otro lo que no deseas para ti!» y

«¡Ayuda a todos en todo lo bueno!».

Después de esto, será correcto comenzar a desarrollar las funciones del propio corazón espiritual, un órgano que produce las emociones de amor.

4:3. El corazón espiritual es una estructura bioenergética inicialmente localizada en la caja torácica. Cuando esta estructura ocupa el tórax entero y el practicante puede permanecer establemente allí con la concentración de la conciencia y desde allí percibir el mundo circundante, actuar y hablar, esto significa que ha cumplido la primera etapa del desarrollo de su corazón espiritual.

En este caso, el practicante —mientras permanece con la concentración de la conciencia dentro del corazón espiritual— no puede entrar en otros estados emocionales que no sean los de amor cordial.

Esto cambia radicalmente el carácter de sus relaciones con su entorno y mejora rápidamente su salud.

El que ha fortalecido este estado y se ha acostumbrado a vivir en éste manteniéndolo hasta el final de su encarnación en la Tierra, sin duda se encontrará en el paraíso entre otras almas paradisíacas similares.*

Los métodos que permiten llevar a cabo todo esto han sido elaborados por nosotros, descritos en detalle en una serie de libros y mostrados en películas.

4:4. Para progresar en el desarrollo espiritual, el practicante debe transformarse en una gran alma compuesta principalmente del corazón espiritual.

También debe aprender a vivir sin salir de las emociones de amor, entre las cuales están: la frescura tierna, el cuidado por el otro con mucho tacto, la disposición sincera y desinteresada de ayudar a todos en todo lo bueno, el respeto hacia todos los que lo merecen, la gratitud hacia todos los que ayudan, el perdón para todos los ofensores, el olvido de uno mismo y la abnegación por el bien de los prójimos. (Pero cabe destacar que aun luchando por el bien de los prójimos, uno no debe salir del estado de amor).

Que cada uno se esfuerce por eliminar dentro de sí todas las manifestaciones de arrogancia, egoísmo, codicia, violencia, las emociones de odio en todas sus formas, incluyendo las emociones de condenación, venganza, envidia y celos. Los estados emocionales nombrados deben considerarse como opuestos al Amor.

Uno puede aprender a controlar sus emociones a través del trabajo intelectual enfocado en la lucha contra los propios defectos (o cualidades negativas) y en el desarrollo de las cualidades positivas faltantes. Los métodos de autorregulación psíquica, basados en el trabajo con las propias estructuras emocionogénicas del organismo, también serán de gran ayuda en este caso.

4:5. «Dios es Amor». Esta fórmula corta nos fue propuesta por Jesús el Cristo, Quien era y es Amor y Quien nos exhorta a serlo también.

Podemos acercarnos al Creador, Quien es Amor, solamente a través de convertirnos en Amor. No existe otra manera.

Y esto no es un lema irrealizable, compuesto de palabras lindas, sino un sistema de métodos y conocimientos verificados y aprobados por muchos buscadores espirituales.

4:6. Es muy importante desarrollar el intelecto para el avance espiritual. Los niños deben recibir una educación tan completa como sea posible. Los adultos también siempre deben tratar de adquirir nuevos conocimientos, principalmente aquellos que son valiosos en el Camino espiritual.

4:7. Uno debe dedicar su actividad laboral no a la búsqueda del dinero ni a la acumulación de riquezas materiales, sino a la adquisición de nuevos conocimientos, con los cuales luego podrá servir a Dios mediante el servicio a las personas.

4:8. ¡Que para cada uno el estímulo principal en la vida social sea hacer el bien a través de ayudar a todas las almas que evolucionan!

¡Que esta actividad sea un acto sincero de regalar! En este caso, otras personas —las mejores— también comenzarán a responder con regalos. Así se forman los grupos de verdaderos amigos fieles, unidos por propósitos espirituales comunes.

4:9. Dar a luz y educar correctamente a los niños es también un servicio a Dios.

4:10. En la educación de los niños, pueden usarse las técnicas especiales de desarrollo que los preparen para un trabajo espiritual serio en el futuro.

4:11. Los niños deben participar —cada uno conforme a su edad— en el trabajo creativo.

Que ayuden a sus padres en sus labores, que realicen diversos trabajos remunerados en el tiempo libre de sus estudios y que los establecimientos educativos incluyan la adquisición de diversas habilidades laborales en sus programas pedagógicos.

A través de esto los niños deben aprender a crear y a valorar todo lo bueno creado por otras personas.

De lo contrario, muchos de ellos se convierten en destructores al crecer.

4:12. El matrimonio y la educación de los niños nos ofrecen unas excelentes oportunidades para perfeccionarnos según muchos parámetros y para desarrollar diversos aspectos del amor, tales como la ternura, el cuidado del otro y el altruismo.

Además, el matrimonio y la educación de los niños enriquecen considerablemente la esfera intelectual proporcionando numerosas lecciones de psicología.

Dios es el Psicólogo Principal, por eso nosotros también debemos aprender la psicología.

4:13. La opinión de que la tarea primordial del ser humano es sólo «orar» es profundamente errónea y dañina. Debemos comprender que Dios no necesita en absoluto nuestras oraciones, cuya esencia es la pordiosería o mendicidad.

Dios necesita de nosotros, antes que nada, la impecabilidad ética en las relaciones con Él y con todos los seres vivos, incluyendo a las personas.

Entre otras cosas, Él quiere que Lo busquemos a Él, que Le sirvamos, que aprendamos a amarlo y nos esforcemos por desarrollarnos hasta tal grado que podamos presentarnos ante Él como el regalo más perfecto posible.

Este regalo por parte de una persona es un sacrificio agradable para Dios.

4:14. Por el contrario, las matanzas de los animales o de las plantas como un «sacrificio a Dios» no son necesarias para Él, sino que, más bien, deben ser consideradas como crímenes, y no como actos que agradan a Dios.

4:15. La inculcación a la gente de las ideas según las cuales el ser humano es nulo, irremediablemente pecaminoso y eternamente opuesto a Dios es falsa y delictiva. Ésta contradice a la Intención misma del Creador con respecto a nosotros y obstaculiza el crecimiento espiritual de las personas.

4:16. Una de las maneras de establecer los fundamentos para el desarrollo futuro del poder del alma (o conciencia) es el trabajo físico saludable. Si esto es imposible por el momento, los entrenamientos deportivos pueden ayudar.

Para progresar en el Camino espiritual, uno debe tener un cuerpo sano y fuerte.

Luego el poder de la conciencia se obtiene a través de las técnicas especiales para el desarrollo de las estructuras energéticas del organismo y a través de las meditaciones especiales. Sin embargo, está permitido enseñar estas técnicas y meditaciones sólo a los practicantes intelectualmente maduros que alcanzaron un estado emocional firme de amor y refinaron la conciencia.

4:17. La opinión según la cual una persona llega al paraíso o al infierno como resultado de algún acto (o actos) es errónea. Los actos que tienen importancia ética predeterminan el destino en el estado encarnado, en esta encarnación o en la futura.

En cambio, el lugar donde una persona se encontrará después de la muerte de su cuerpo (el infierno, el paraíso u otras dimensiones espaciales, incluyendo la Morada del Creador), depende de los estados de conciencia, a los cuales esta persona se ha acostumbrado durante su vida en el cuerpo.

Si esta persona se ha acostumbrado a permanecer en los estados emocionales groseros, tendrá que continuar su existencia sin cuerpo en estos mismos estados, en medio de una multitud de seres similares.

Si ella o él ha vivido (incluso el último período de su vida antes de dejar su cuerpo) en el amor cordial puro y sutil, se encontrará en el paraíso.

Con todo, para llegar desde el estado paradisíaco a la Morada del Creador y establecerse allí, el practicante debe realizar un trabajo meditativo largo y arduo bajo la guía de uno o varios Maestros Divinos.

Es necesario (si uno lo desea) dedicar la vida entera a esto.

Destaquemos que el practicante no puede recorrer esta parte del Camino por sí mismo. Si lo intenta, los errores pueden traer graves consecuencias. Por ejemplo, esta persona puede «perderse» en las dimensiones espaciales o un día empezar a experimentar los estados emocionales groseros bajo la influencia de uno u otro factor estresante, lo que puede provocar tanto el derrumbamiento de todos los logros meditativos como enfermedades serias.

4:18. Las personas que usan las sustancias llamadas drogas, incluyendo bebidas alcohólicas y productos de tabaco, no pueden progresar en el Camino espiritual.

4:19. El organismo de una persona encarnada es multidimensional y en esto es similar al Absoluto multidimensional. Por lo tanto, el proceso de conocerse a uno mismo coincide en gran parte con el proceso de conocer el Absoluto.

4:20 Una de las tareas principales del trabajo espiritual es remplazar el egocentrismo humano por el Teocentrismo tanto en la mente como en la meditación.

4:21 Los escalones más altos de la ascensión espiritual pueden ser superados solamente en el monacato.

4:22. El monacato significa centrar la propia atención y los esfuerzos en una sola Meta, que es el conocimiento completo de Dios, la Unión con Él en Su Morada y también la ayuda a todos los dignos en este Camino.

4:23. Las tareas planteadas ante los monjes no pueden ser alcanzadas a través de llevar ropas especiales, recibir nombres nuevos, hacer reverencias u oraciones estandarizadas. Todo esto no está relacionado directamente con el verdadero monacato.

4:24. El estilo de vida parasitario, a veces exaltado como una virtud dentro del ambiente religioso degenerado, es, en realidad, incorrecto y afecta negativamente los destinos de aquellos que viven así.

Dios considera la pordiosería como una ocupación indecente [10,18].

4:25. El celibato (prohibición de la vida sexual) no es un atributo verdadero del monacato. El celibato produce más daño que beneficio en el Camino espiritual. Es así porque contribuye a que el monje tenga un deseo sexual predominante (una sensación predominante de insatisfacción sexual) que desplaza al deseo primordial de alcanzar al Creador y ayudar a los prójimos.

El celibato también impide el desarrollo de algunas manifestaciones importantes del amor, tales como la ternura sexualmente coloreada, el cuidado del cónyuge y de los hijos.

Además, el celibato puede afectar la salud directamente provocando la prostatitis en los varones y la neurosis en los representantes de ambos sexos debido a la insatisfacción sexual.

4:26. El sexo no es en absoluto un «pecado»

a) siempre y cuando no esté acompañado por la violencia u otras formas de causar daño,

b) se haga con un compañero adecuado y

c) no desplace otros aspectos más importantes de la vida.

Una vida sexual armoniosa es una norma para todos los adultos sanos, incluyendo, por supuesto, a aquellos que han dedicado sus vidas completamente a los objetivos espirituales más altos.

Con todo, cabe destacar otra vez que un matrimonio debe estar formado por personas semejantes según su estatus espiritual [10,18].

4:27. La idea de que «cuanto más sexo, más espiritualidad» ha empezado a popularizarse recientemente en la sociedad. Este es el otro extremo, no menos dañino que el celibato para el desarrollo espiritual. Pues, en este caso, en el centro de la atención se encuentra el sexo, y no el Creador, ni el autoperfeccionamiento, ni la participación en el Proceso Evolutivo a través del servicio a Dios, el que consiste en la ayuda a otras personas en su existencia en la Tierra y en su crecimiento espiritual.

«Donde esté su tesoro, allí estará su corazón también», enseñaba Jesús el Cristo (Lucas 12:34).

5. Estructura del organismo humano y del Absoluto

5:1. Como ya hemos dicho, el ser humano no es un cuerpo, sino una conciencia (o alma) que se encarna por algún tiempo en los cuerpos materiales.

5:2. Podemos decir que el organismo (¡pero no el cuerpo!) de una persona encarnada es multidimensional.

Sin embargo, debemos señalar que el esquema de los «siete cuerpos» del ser humano, descrito en algunos libros, es incorrecto. En este caso, sería más apropiado decir que cada persona se encuentra potencialmente en todos los estratos básicos del Absoluto multidimensional y es este potencial el que cada uno debe realizar. A propósito, justamente de esto habla la Biblia cuando menciona la semejanza del ser humano con Dios, Dios en el Aspecto del Absoluto multidimensional.

5:3. Todo esto será más entendible si uno examina el esquema para el estudio de la estructura del Absoluto presentado al final de este libro.*

No es tan fácil comprender dicho esquema, ya que es imposible dibujar en el papel de una manera totalmente adecuada la multidimensionalidad del espacio.

Por lo tanto, para facilitar el proceso de entendimiento, debemos tener en cuenta que cada estrato de la multidimensionalidad localizado más abajo en este esquema, en realidad, se encuentra más profundo según la escala de la multidimensionalidad. Y cuanto más profundo es el estrato, más sutil es en comparación con el anterior.

Así, la Morada del Creador se encuentra en el estrato más profundo, es decir, en el estrato energético más sutil de la estructura multidimensional del Absoluto. Entonces es allí donde debemos buscar al Creador, con la particularidad de que, en este caso, la orientación metodológica para tal trabajo es la refinación de la conciencia, que empieza con aprender a controlar la propia esfera emocional.

5:4. Luego podemos continuar este trabajo esotérico aprendiendo a trasladarnos con la concentración de la conciencia a todos los niveles de este esquema (por supuesto, no en la imaginación, sino en el espacio multidimensional real), de la misma manera en que podemos trasladarnos con la concentración de la conciencia dentro de nuestros cuerpos materiales.

5:5. Todo el proceso de este aprendizaje, que incluye, entre otras cosas, los estudios de la teoría, las clases prácticas y las pruebas, marcha bajo la guía del Espíritu Santo. Él nunca deja a nadie sin atención y ayuda y nada pasa con nadie sin que Él lo sepa y controle.

6. Cómo debe ser la práctica de las organizaciones religiosas

6:1. Las formas rituales de la práctica religiosa son apropiadas para los principiantes en la religión. Pero debemos entender que la única utilidad que éstas tienen es acostumbrar a las personas a acordarse de la existencia de Dios.

Los rituales, sea cual sea el nombre grandioso dado a éstos por las personas y sea cual sea el significado «sagrado» atribuido a éstos, no pueden de por sí resolver el problema de la realización del significado de nuestras vidas.

6:2. La actividad de las organizaciones religiosas no debe consistir sólo en el ritualismo, sino que es necesario explicar sobre Dios, sobre el significado de la vida humana y sobre los métodos de su realización. Es preciso realizar el trabajo ético que incluye la discusión de los principios éticos, el arrepentimiento consciente y el análisis de los problemas éticos a partir de los ejemplos concretos tomados de la vida cotidiana, de los libros, de los periódicos, de las películas y de otras fuentes.

Se puede dedicar mucho tiempo a la estética, lo que incluye, entre otras cosas, la sintonización con las manifestaciones sutilísimas de la naturaleza y con las correspondientes obras de arte de diferentes géneros. La belleza sutil y espiritualizada de un cuerpo humano es también una parte de la estética.

El trabajo espiritual puede ser mucho más eficaz si lo enriquecemos con clases de ecología, con entrenamientos deportivos y con diversas actividades que contribuyan al mejoramiento de la salud, por ejemplo, los baños en agua helada y otros métodos de tonificación del cuerpo, las conversaciones sobre el estilo de vida saludable, talleres en los cuales estudiemos las técnicas de sanación y de autosanación.

Durante las clases de autorregulación psíquica, el énfasis debe ponerse en el desarrollo completo de las funciones del corazón espiritual.

6:3. Las técnicas meditativas serias, especialmente aquellas relacionadas con el desarrollo del poder de la conciencia, no deben ser enseñadas a los niños ni a los adultos ética e intelectualmente inmaduros. En caso contrario, pueden tener lugar trastornos mentales serios, lo que pondría fin a la evolución positiva del alma.

Las iniciaciones en el conocimiento espiritual deben realizarse gradualmente, es decir, a medida que el discípulo va cumpliendo las etapas anteriores.

6:4. Las cualidades principales de Dios son el Amor, la Sabiduría y el Poder.

Por lo tanto, quien busca la Perfección debe desarrollarse según estos tres parámetros básicos.

Para esto existen tres direcciones estrechamente relacionadas del trabajo espiritual: la dirección ética, la dirección intelectual y la dirección psicoenergética.

El aspecto ético del desarrollo es el principal en el Camino del perfeccionamiento espiritual.

El lema «¡Dios es Amor!» es correcto.

El odio hacia cualquiera, la prédica de la matanza de personas o de animales, la borrachera, el consumo de otras drogas, la codicia, la agresividad, la egolatría, la iracundia, la falsedad y la altivez son incorrectos, perjudiciales y no llevan a Dios.

6:5. De este modo, el principio fundamental del desarrollo evolutivo del ser humano es el AMOR en sus diversas formas, AMOR que

— empieza con la actitud compasiva hacia todas las manifestaciones de la vida,

— está guiado por la comprensión religioso-filosófica correcta de nuestra existencia,

— se basa en el desarrollo de uno mismo como un corazón espiritual,

— nos conduce —a través del amor hacia la Creación— al amor hacia el Creador.

6:6. El amor hacia el Creador nos permite conocer a Dios en todos Sus Aspectos y Manifestaciones y unirnos con Él.

6:7. La evolución individual del alma en su etapa humana culmina en esta Victoria.

No obstante, Aquellos Que alcanzaron la Unión con el Creador continúan viviendo como Sus Partes Inalienables.

6:8. Una de las actividades de las Almas Que alcanzaron la Unión es Su ayuda a los seres encarnados.

En algunos casos, estas Almas o Representantes del Creador incluso se encarnan otra vez en cuerpos humanos para ayudar de una mejor manera a las personas encarnadas.