Ecopsicologia
ecologia espiritual


Ley Eterna – Sanatana Dharma

Entonces, las sectas son las asociaciones religiosas que se apartaron de las verdaderas Enseñanzas de Dios.

Estas Enseñanzas llegaron a nosotros a través de la boca o los escritos de Thoth el Atlante (Hermes Trismegisto en Su siguiente encarnación), Krishna, Lao Tsé, Pitágoras, Jesús el Cristo, Mahoma, Babaji, Sathya Sai y otros Mensajeros Divinos, profetas, grandes discípulos de Dios y guerreros espirituales. (La esencia de sus prédicas está en nuestros libros [10,18]).

Además, es posible seleccionar algunas citas valiosas del Antiguo Testamento.

No obstante, prestemos atención al hecho de que en ningún lugar de la Biblia hay una descripción de Dios, Quien es el Objeto principal de adoración de todos los creyentes. Entonces, ¿cómo es posible alcanzar a Aquel de Quien no sabes casi nada? Quizás, ésta sea la razón por la cual las iglesias cristianas masivas casi se han olvidado de Dios.

El Bhagavad-Gita, en cambio, habla muchísimo sobre Él y sobre el Camino hacia Él. El único problema consiste en que su traducción al ruso y a otros idiomas fue hecha por personas que no comprendieron bien esta gran obra. Sólo aquellos que llevaron a la práctica las Enseñanzas de Krishna en toda su integridad podrían haber hecho una traducción fidedigna.

Como ya hemos dicho, durante toda la historia de la humanidad en la Tierra, Dios ha enseñado a las personas lo mismo, a saber, cómo ellas deben desarrollarse para alcanzar la Perfección Divina y la Unión con Él. El problema es que con el tiempo la gente olvida lo más importante de cada Enseñanza particular, la pervierte, tergiversando a veces completamente su verdadero significado, y empieza a enemistarse con otras personas que han pervertido esta Enseñanza de una manera un poco diferente.

Por lo tanto, Dios tiene que encarnar una y otra vez en los cuerpos humanos las Partículas de Él Mismo o volver a hablar a través de nuevos profetas para tratar de restaurar el Sanatana Dharma. Y cabe mencionar que es propio de las personas percibir a Sus Mensajeros como los enemigos de su «verdadera fe», burlarse de Ellos y matarlos.

Ahora el Avatar Sathya Sai predica en la Tierra las puras Enseñanzas Divinas. (Están resumidas por nosotros en el libro [10]).

La esencia de estas Enseñanzas, así como de las Enseñanzas de todos los otros Maestros Divinos, se resume en lo siguiente:

La meta principal de cada persona es la Unión de la conciencia desarrollada con la Conciencia de Dios. Para alcanzarlo, debemos estudiarnos a nosotros mismos y a Dios como unos fenómenos multidimensionales, conocer la Morada del Creador y trasladarnos allí con la conciencia.

Con el fin de lograrlo, debemos prepararnos usando diversas prácticas espirituales tales como los pranayamas, los métodos de pratyahara y los entrenamientos meditativos.

Con todo, vale mencionar que ningún entrenamiento nos será útil si no tenemos una fe fuerte, ni el anhelo de alcanzar al Creador ni tampoco una facultad desarrollada de amar. El amor es la función del corazón espiritual y debemos empezar a desarrollar esta función a través de la interacción con las personas y otros seres encarnados.

En este caso, los principios fundamentales son los siguientes: la compasión hacia todos y el servicio a todos según los principios de karma yoga. El karma yoga es la manifestación real y práctica de nuestro amor hacia Dios y hacia las personas y es el mejor método para el autodesarrollo. La fe por sí misma, sin el servicio activo, está muerta.

Pero la fe también debe ser desarrollada a través del recuerdo constante de Dios. En este caso, nos pueden ayudar el estudio de la literatura adecuada, las conversaciones espirituales, los servicios religiosos con el ensalzamiento del Señor y otras cosas por el estilo.

Todos los principios fundamentales de las relaciones con otras personas y con otros seres se resumen en un breve mandamiento de Vyasa:

«¡Ayuda a todos (en todo lo bueno), nunca ofendas a nadie!».

Sathya Sai nos da la explicación detallada de este precepto con relación a muchas situaciones particulares.

Además, Él enseña que en la vida terrenal de cada persona existen dos hitos principales: Dios como la Meta y la muerte del cuerpo como el límite de nuestras posibilidades de llegar a ser mejores.

¡Recordémoslo! ¡Y arrojando todas las futilidades y todo lo superfluo de nuestro Camino, dediquémonos únicamente a la realización directa del significado de nuestras vidas!

¡A través de esto, alcanzaremos la Unión eterna con el Amado principal y la liberación de las cadenas kármicas, de las enfermedades y de la necesidad de sumergirnos nuevamente en el mundo del sufrimiento!