Ecopsicologia
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Egocentrismo y Teocentrismo

Sin lugar a dudas, la cosmovisión Teocéntrica no puede formarse en nosotros muy prontamente, por ejemplo, en cuanto acabemos de leer este libro. Porque no basta sólo con reflexionar algún tiempo sobre este concepto, sino que debemos aprender a experimentar realmente a Dios. Sólo entonces nos será posible ver las situaciones terrenales y nuestro propio lugar dentro de éstas con Sus Ojos, por decirlo así, y desde Su posición. Pero mientras no hayamos logrado experimentar a Dios, podemos prepararnos para aprender el Teocentrismo luchando contra nuestro egocentrismo.

Podemos empezar este proceso renunciando a los propios bienes y placeres por el bien de otras personas y también eliminando la propia arrogancia.

Una alternativa al egocentrismo es ocuparse verdaderamente de los demás de una manera razonable, no violenta ni grosera.

Al hacerlo, hay que poner los intereses de los demás por encima de los propios intereses.

Responsabilizarse del bienestar de otras personas —en la familia o en cualquier otra colectividad— nos da la posibilidad de desarrollar las cualidades necesarias. Durante este proceso, la sensación del «yo» en el líder debe ser sustituida por la sensación de «nosotros» en la que no hay un interés personal.

Cabe mencionar que el egocentrismo o su ausencia pueden manifestarse muy claramente en el ámbito de las relaciones sexuales.

¿Durante una interacción sexual, me baso en los intereses del compañero o en mi propio interés? Ésta es la pregunta fundamental que se debe hacer cualquiera que desee realizar un autoanálisis y practicar el autocontrol.

¡Cualquier tipo de violencia o de coacción en el sexo es una manifestación de las cualidades detestables del alma!

Otra manifestación del egocentrismo es cuando el varón no se preocupa por evitar el embarazo indeseado de su amiga o cuando él, después de la desfloración, continúa el coito para su satisfacción ignorando el dolor de su «amada».

Si investigamos, encontraremos otros numerosos ejemplos de este tipo.

Y la conducta de muchas mujeres en las relaciones sexuales a menudo no es menos detestable que la de muchos varones.

También podemos analizar la esfera de la alimentación. ¡Pues la mayoría de las personas ni siquiera reflexionan, al comer productos hechos de cadáveres de animales, que estos animales sintieron dolor, sufrieron y finalmente murieron única y exclusivamente por nuestro placer en la satisfacción de nuestros hábitos gustativos crueles!

La alimentación con comida «de matanza» (es decir, hecha de carne o de pescado) no es una necesidad, ya que podemos obtener todos los elementos esenciales de las plantas, de los productos lácteos y de los huevos. Es más, esta comida contamina nuestros organismos con sales de ácido úrico (lo que provoca las diversas manifestaciones de la gota) y con las energías groseras que aparecieron en los cuerpos de estos animales cuando sintieron el miedo y el dolor de la muerte.

El consumo de cadáveres de animales tampoco es compatible con el progreso espiritual e indica, entre otras cosas, la inmadurez ética de las personas que así se alimentan. Dios nos ha repetido esto numerosas veces [10,14,18]. ¡Sin embargo, podemos ver cómo muchos pseudopastores exigen de las personas que se alimenten con la comida «de matanza», porque si no, como ellos afirman, existe la posibilidad de que la gente empiece a enorgullecerse por el hecho de no comer cuerpos de animales! ¡Estos «pastores» deben detenerse comprendiendo que actúan en contra de Dios y en contra de la Evolución, mutilando a las almas humanas que se encomendaron a ellos!

Por el contrario, de nosotros Dios quiere amor.

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Los métodos meditativos especiales pueden desempeñar un papel muy importante en la eliminación de nuestros «yos» egocéntricos. Estoy hablando, más que nada, de la meditación llamada «reciprocidad total», la que uno debe aprender gradualmente. Durante esta meditación, la conciencia, después de expandirse por fuera del cuerpo, pasa al estado de «no yo» y los vectores de su atención se orientan hacia el cuerpo.

De esta manera el egocentrismo es quebrantado una vez más y se da un paso importantísimo hacia la Unión con Dios y hacia la percepción de las situaciones terrenales desde Su posición y con Sus ojos.

Además, este método, al final del Camino, nos permitirá entrar en la Unión total con el Creador en Su Morada.